«El verdadero valor consiste en saber sufrir». Voltaire.
Me ha gustado esta frase que Lucía Etxebarría incluye en su artículo «Nada está perdido» publicado hoy en el Magazine de La Vanguardia. Y no sólo esta frase. La verdad es que me ha gustado toda la argumentación que desarrolla sobre las épocas difíciles y los distintos tipos de soluciones para combatir estados de tristeza y depresión.
Etxebarría hace referencia al libro «Algo que contarte» de Hanif Kureishi, en el que se argumenta que la sociedad consumista en la que vivimos quiere resultados probados, efectivos y rápidos y que por ello el psicoanálisis tradicional (el freudiano) está perdiendo vigencia.
«¿Para qué perder tres años en autoindagación cuando con una pastillita uno puede cambiar de ánimo en quince días?» se pregunta Etxebarría.
El protagonista del libro de Kureishi dice que «la tristeza tiene una función pero en una sociedad en la que se incide tanto en la productividad como para que se espere que un trabajador se reincorpore a su puesto laboral a los tres días de perder a un ser querido, hay muy poca tolerancia para los que se sumen en la desesperación»
«La tristeza nos ayuda a aprender de nuestros errores», dice la escritora. «Nos obliga a detenernos para hacernos focalizar en algo distinto. La depresión es un indicador de que la situación es insostenible. Pero nada está perdido si se tiene el valor de aumir que todo está perdido y hay que empezar de nuevo. En casos así, medicar la tristeza podría ocultar las consecuencias de situaciones límite y eliminar la motivación para avanzar. Así, en lugar de curar, se mantendría, paradójicamente, una situación enferma en lugar de enfrentar el problema de fondo».
El gran problema es que la autoindagación requiere mucha voluntad. Explorar en el interior de uno mismo supone un proceso largo y, a veces, doloroso. Además, si este proceso se toma seriamente, supone la voluntad de emprender cambios que pueden llegar a ser radicales respecto al punto de partida.
«La esencia de la grandeza radica en la capacidad de optar por la propia realización personal en circunstancias en que otras personas optan por la locura»